En un mundo donde la protección y el bienestar animal aún enfrentan innumerables desafíos, la Fundación Wanda ha logrado consolidarse como un referente en la causa. Desde sus inicios, su labor ha estado marcada por la dedicación y la resiliencia, superando retos para generar un impacto positivo en la vida de los animales.

En una entrevista exclusiva para Revista Signature, Wanda, organización sin fines de lucro dedicada a crear conciencia, respeto y amor por los animales en Perú, nos comparte su inspiradora labor y desafíos superados en la protección y bienestar animal.

Superando los desafíos iniciales

El mayor reto al fundar la organización fue garantizar la sostenibilidad social y financiera. Para ello, han construido alianzas solidarias, motivando a la comunidad a crear conciencia sobre la responsabilidad social hacia los animales. «A diario recibimos muchas solicitudes de ayuda, aún hay mucho por hacer», destaca. Su propósito es ser un puente que conecte a personas y empresas en programas solidarios que fomenten la empatía y el apoyo a los animales en situación vulnerable.

Educación y concienciación: pilares fundamentales

La labor de la organización va más allá del rescate y la adopción. A través de diversas acciones, buscan generar un cambio de mentalidad en la sociedad. «Muchas personas creen que ayudar solo implica brindar apoyo económico, pero para nosotros también significa aportar ideas y participar en iniciativas solidarias», explican. Entre sus principales acciones destacan:

• Concientización sobre los derechos de los animales.
• Fomento de la tenencia responsable de mascotas.
• Impulso a las adopciones como una oportunidad de dar vida y esperanza.
• Motivación del voluntariado a través de iniciativas solidarias.

Estrategias para la sostenibilidad

Para garantizar su crecimiento a largo plazo, la fundación ha implementado estrategias innovadoras como la creación de productos solidarios. Desde bandanas hasta pijamas hipoalergénicas para mascotas, han sabido combinar creatividad con su pasión por ayudar. Esta iniciativa les permite financiar sus programas y continuar expandiendo su impacto en la comunidad.

Wanda, el corazón de la fundación

Entre las muchas historias de rescate que han marcado el camino de la institución, una en particular destaca: la de Wanda, la perrita que inspiró todo. «Wandis», como cariñosamente la llaman, fue rescatada tras ser atropellada a los seis meses de edad. Su pata delantera estaba gangrenada y debió ser amputada. Con paciencia y dedicación, lograron ayudarla a recuperar confianza y movilidad. Hoy, a sus 17 años, disfruta de sus paseos y sigue siendo un símbolo de fortaleza y amor. «Cada 13 de febrero celebramos un año más de vida, recordando cómo una acción de ayudar le cambió la vida», comparten desde la organización.

La historia de la Fundación Wanda es un testimonio de cómo la empatía, el esfuerzo y la innovación pueden transformar realidades. Su compromiso con la protección animal sigue inspirando a muchos a sumarse a esta noble causa.

Redacción: Alexandra Jave Calderón