En Chorrillos, una escuela de paddle ha logrado destacar entre las múltiples opciones de deportes acuáticos: Caplina. El nombre de este emprendimiento no es casualidad. Renato Vilchez, fundador de la escuela, se inspiró en una playa cercana a La Herradura. «Siempre corrí olas en esa playa desde niño, y me gustó cómo sonaba el nombre», explica. Aunque actualmente las clases se imparten en la Playa Pescadores, el nombre ha quedado como parte de la identidad de la escuela.

La visión de un surfista
La idea de crear Caplina nació del deseo de Renato de trabajar en la playa y vivir de lo que le apasiona. La escuela comenzó como un proyecto personal que poco a poco fue creciendo hasta convertirse en un referente en el mundo del paddle en Lima. Con el tiempo, ha logrado consolidarse gracias a la creatividad de sus propuestas y su enfoque en la experiencia del usuario.
Redes sociales y la clave del éxito
El crecimiento de Caplina no solo se debe a la calidad de su enseñanza, sino también a su estrategia en redes sociales. TikTok e Instagram han sido herramientas clave para su difusión. «TikTok es una ventana bastante grande, mucha gente entra ahí a buscar ideas y planes», comenta Vilchez. Gracias a estos canales, la escuela ha logrado captar la atención de un público joven y dinámico, interesado en vivir experiencias únicas en el mar.


Innovación en el paddle
El boom del paddle en Perú no es coincidencia. Escuelas como Caplina han sido pioneras en crear experiencias innovadoras que van más allá de remar sobre el agua. «Lanzamos la idea de la fogata en medio del mar, jugar con hisopos sobre las tablas y hasta un cine en la playa», cuenta Renato. Estas iniciativas han capturado la atención de los amantes de los deportes acuáticos y la han convertido en una opción atractiva para quienes buscan algo más que una simple clase de paddle.
Paddle pet-friendly
Otra de las propuestas que ha diferenciado a Caplina es la inclusión de mascotas en la experiencia. «Ahora el concepto pet-friendly está en todos lados, y nosotros como deporte no podíamos quedarnos atrás». Las tablas que utilizan son lo suficientemente anchas como para soportar a una persona y su mascota, brindando así una experiencia segura y divertida para los amantes de los animales.


Más que un deporte, una conexión con la naturaleza
No solo ofrecen clases de paddle, sino una experiencia de conexión con el mar. Los horarios más solicitados son al atardecer, cuando el cielo se tiñe de colores y el mar se vuelve un escenario ideal para relajarse. «Es muy distinto ver el atardecer desde un malecón que mar adentro. A veces incluso aparecen delfines», relata Renato.
La vivencia Caplina
Desde el primer momento, la experiencia se siente diferente. Los instructores, entre ellos el mismo Vilchez y Kati Povis, se encargan de brindar una atención personalizada. Antes de entrar al agua, los participantes reciben una inducción detallada sobre cómo remar, frenar y reaccionar en caso de caída.


Una vez en el mar, los profesores están siempre atentos, motivando a los alumnos y asegurándose de que la experiencia sea segura y placentera. Uno de los momentos más esperados es la fogata en medio del mar, donde las tablas se atan formando un círculo y los participantes pueden disfrutar de asar malvaviscos mientras escuchan música de fondo. Esta actividad es una de las principales atracciones de Caplina y ha sido clave para su éxito en redes sociales.
Al finalizar la fogata, el atardecer se convierte en el protagonista. Reanto y Kati, conocedores de los mejores ángulos y escenarios, se encargan de capturar fotografías espectaculares para sus alumnos. La experiencia concluye con el regreso a la orilla, dejando en los participantes la sensación de haber vivido una aventura única, tanto relajante como desafiante.

Una invitación a vivir el mar de otra manera
Caplina es más que una escuela de paddle; es una propuesta innovadora que combina deporte, naturaleza y diversión. «Invitamos a todos a venir, relajarse y disfrutar del mar», finaliza Vilchez. Con su enfoque en la experiencia del usuario y su capacidad de reinventarse constantemente, Caplina se posiciona como una de las mejores opciones para quienes buscan algo más que una clase de paddle: una verdadera conexión con el océano.








Entrevista: Nataly Vásquez