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Mascota Vineyards: Opi Sadler y la ceremonia de un wine dinner que trasciende la copa

En Lima, los brindis recientes tuvieron un acento mendocino. El reconocido enólogo argentino Rodolfo “Opi” Sadler, creador de los vinos de autor de Mascota Vineyards, visitó la ciudad para reafirmar el lazo entre sus botellas y los paladares peruanos. Llegó con la discreción de un artesano y la intensidad de un narrador, llevando consigo no solo etiquetas premiadas, sino también la convicción de que cada copa encierra una memoria compartida.

Vinos con firma personal, historias con raíz

Opi Sadler proviene de una familia vitivinicultora y en cada botella imprime la emoción de quien convierte la experiencia vital en un acto líquido. Sus vinos no buscan únicamente sofisticar la mesa, sino preservar momentos, encender recuerdos y tejer rituales íntimos. Esa búsqueda lo ha llevado a consolidarse como uno de los referentes más sólidos de la vitivinicultura argentina, con una sensibilidad particular para el Cabernet Sauvignon, variedad que ha transformado en emblema propio.

La voz del terroir mendocino

Aunque Argentina se reconoce globalmente por el Malbec, Mascota Vineyards se atrevió a seguir otro camino: el de exaltar la riqueza del Cabernet Sauvignon desde los viñedos de Finca La Mascota. La decisión, audaz y estratégica, encontró eco en los mercados internacionales, donde este varietal se ha convertido en un estandarte de complejidad aromática y elegancia estructural. Su mayor consagración llegó en 2018, cuando el La Mascota Cabernet Sauvignon 2016 fue nombrado “Mejor Vino Tinto del Mundo” en Vinalies Internationales, inscribiendo a la bodega en la cartografía emocional de los grandes vinos contemporáneos.

La alquimia entre fruta, madera y tiempo

Sadler describe sus vinos como obras que se reconocen por su firmeza de taninos, profundidad aromática y una expresión delicada de la fruta, potenciada por la crianza en barrica. En esa alquimia reside la fidelidad de sus consumidores: amantes del vino que encuentran en cada sorbo una mezcla de precisión técnica y emoción poética. No es casualidad que el portafolio de Mascota Vineyards circule en más de 35 países, desde Estados Unidos y Canadá hasta Asia y Europa, conquistando mesas que buscan carácter, personalidad y consistencia.

La colección que habla en plural

En el Perú, la presencia de Mascota Vineyards se ha consolidado gracias a su portafolio distintivo: La Mascota Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, junto con los imponentes Gran Mascota Malbec y Cabernet Sauvignon, y el Unánime Gran Vino Tinto —una sinfonía en la que dialogan el Cabernet Sauvignon, el Malbec y el Cabernet Franc. Cada etiqueta se convierte en un embajador silencioso que lleva consigo la esencia de Mendoza y la mirada particular de Opi.

En la penumbra de una copa bien servida, los vinos de Mascota Vineyards no se apresuran a contar su historia. Prefieren dejar que el tiempo, la textura y el recuerdo hagan su trabajo. Así, cada sorbo es menos un consumo que una contemplación, menos un producto que una experiencia. Como su creador, Opi Sadler, estos vinos llegan para quedarse: discretos en la forma, profundos en el alma, capaces de convertir un instante fugaz en un legado perdurable.

Escribe: Nataly Vásquez