En un mundo donde la prisa es ley y el éxito se mide en cifras, Up Woman propone una pausa distinta: una que no detiene, sino que impulsa. Fundada por Tatiana y Alejandra Alemán, esta comunidad no solo desafía los moldes del empoderamiento femenino, sino que los reconstruye desde adentro, con una mirada compasiva, concreta y profundamente transformadora.

Desde su estética visual —minimalismo emocional, calidez visual, diseño intencional— hasta cada palabra compartida, Up Woman destila una feminidad consciente, una que no busca encajar en estructuras existentes, sino redibujar las líneas del liderazgo desde la autenticidad.

Un liderazgo sin moldes, con raíz y con forma
“El problema no es la falta de capacidades. Es la ausencia de espacios y herramientas que les permitan expresarse con claridad, seguridad y liderazgo”, afirman con convicción sus fundadoras. Desde esa premisa, Up Woman se plantea como un ecosistema de desarrollo donde lo emocional y lo práctico no se excluyen, sino que se potencian.

No se trata de empoderar desde el discurso. Se trata de enseñar cómo: cómo liderar con empatía, cómo persuadir con propósito, cómo hacer una presentación efectiva o cómo negociar desde la firmeza sin perder la escucha. “Queremos construir un liderazgo real”, declaran. Y lo están logrando.

Una estética editorial que respeta lo íntimo
En una época saturada de frases motivacionales y discursos uniformados, Up Woman rehúye las fórmulas vacías. Su propuesta estética y narrativa es profundamente personalizada, respetuosa con la identidad de cada mujer. No imponen un modelo, sino que ofrecen las herramientas para que cada una diseñe el suyo.
“Creemos que no hay una única forma de ser líder, ni una sola voz válida”, explican.

Esa diversidad se traduce en experiencias de acompañamiento personalizado, en contenidos teóricos conectados con lo cotidiano, en errores compartidos que se vuelven aprendizajes colectivos. En comunidad, pero sin homogeneización.

Innovar desde el cuerpo, la voz y la historia
Si bien la palabra “innovación” suele asociarse a tecnología, en Up Woman significa otra cosa: desaprender lo que ya no nos sirve. Cuestionar lo que dimos por sentado. Atreverse a mirar dentro. “Innovar es entender cómo nuestras historias, el tono de voz, los movimientos del cuerpo o la forma en que escuchamos se convierten en herramientas de liderazgo.”

Esta es su verdadera revolución: trabajar con lo invisible, con lo simbólico, con lo que no se mide en hojas de Excel pero determina cómo lideramos, cómo influimos, cómo nos percibimos. El autoconocimiento es su campo de acción. La comunicación efectiva, su aliada más poderosa.

Un nuevo imaginario de poder femenino
Up Woman imagina un futuro donde el liderazgo no grita, sino que conecta. Donde la empatía y la comunicación clara pesan tanto como los resultados cuantificables. Donde el crecimiento profesional no exige renunciar a la esencia, sino que la vuelve motor.

“Queremos dejar un legado: una generación de mujeres que se expresa con seguridad, que logra lo que se propone sin alzar la voz, porque ha aprendido a decir lo que importa, de la manera correcta.”
Con Up Woman, Tatiana y Alejandra han sembrado una nueva narrativa. Una que no impone, sino que invita. Una que no transforma a las mujeres, sino que les da herramientas para transformarse a sí mismas. Desde la verdad, desde el cuerpo, desde la palabra.

Redacción: Romina Polti Pimentel