En el corazón de la pandemia, en medio de la incertidumbre, nació Tartale, un proyecto que se forjó en la cocina y se alimentó de la creatividad y las raíces familiares. Alessandra Lucía Suárez Cavero, estudiante de psicología, descubrió en la pastelería un medio perfecto para reconectar con su legado y rendir homenaje a su Omi, una repostera que la inspiró a transformar su pasión en un negocio. Lo que comenzó con postres para amigos y familiares se transformó rápidamente en una marca que fusiona tradición y creatividad.

El Desafío de un Sueño en Construcción
El camino hacia el éxito no fue fácil. Alessandra tuvo que enfrentar el desafío de equilibrar sus estudios y prácticas profesionales con las largas jornadas que demandaba la cocina. Las horas de esfuerzo no fueron pocas, pero su pasión por la pastelería, sumada al apoyo constante de su abuela y socia, Elisa Rosario Villacorta Barriga, fue lo que la impulsó a continuar. La conexión emocional que Alessandra transmite a través de sus postres se refleja en cada creación, que no solo busca deleitar el paladar, sino también evocar memorias y emociones en quienes los disfrutan.
Un Sello Familiar: Sabores que Conquistan
Tartale tiene un sello claro que la distingue: su esencia familiar. Cada postre está diseñado para evocar la calidez de lo hecho en casa, con ingredientes seleccionados y técnicas que resguardan las tradiciones mientras incorporan toques innovadores. Esta combinación de innovación y tradición se convierte en la fórmula que permite a la marca ofrecer sabores únicos que conquistan corazones. Al disfrutar sus creaciones, es imposible no sentirse envuelto por una sensación de familiaridad y cariño, como si se tratara de un postre preparado en la cocina de la abuela.

Proyectos a Futuro: Crecimiento y Nuevas Oportunidades
El futuro de Tartale se perfila con grandes novedades. En los próximos meses, el equipo abrirá un nuevo taller que aumentará su capacidad de producción, permitiendo una mayor distribución de sus deliciosos postres. Además, siguen apostando por su capacitación continua, con el objetivo de ofrecer productos aún más excepcionales, a la altura de las expectativas de quienes buscan una experiencia única en cada bocado. El crecimiento no solo está en los planes de expansión, sino también en la mejora constante de la calidad que caracteriza su trabajo, reafirmando el compromiso de ofrecer lo mejor en cada detalle.
Tartale: Un Sueño Hecho Realidad
Tartale no es solo un negocio; es la historia de un sueño compartido entre madre e hija, donde el amor por la pastelería se convierte en un puente que une generaciones. En cada postre, Alessandra y Elisa transmiten la promesa de que lo dulce siempre puede unir corazones. Con su esfuerzo, dedicación y amor por lo que hacen, han logrado que Tartale no sea solo un nombre, sino una experiencia que conquista paladares y crea recuerdos inolvidables.