Con cuatro locales en Lima y uno en Madrid, La Cuadra de Salvador ha consolidado su propuesta de steakhouse fine dining gracias a una visión clara: controlar cada eslabón de su cadena de valor para ofrecer carne Angus Prime con estándar internacional.
La visión detrás del fuego
Desde su primera apertura en Barranco, La Cuadra de Salvador no buscó simplemente un lugar en el competitivo mapa gastronómico limeño. Su apuesta fue más ambiciosa: construir una experiencia que honre el ritual del fuego, el sabor de la carne y la elegancia en el detalle.
Pedro Pablo Pazos, CEO de Rudani Inversiones, lo resume así: “Queríamos crear un steakhouse con la mejor carne del mundo, donde cada corte hable por sí mismo”. Con esa brújula, el restaurante creció rápidamente, sumando sedes en San Isidro, Chacarilla y La Molina, e incluso cruzando el Atlántico con un nuevo local en Madrid.

Control desde el origen: la apuesta por la carne Angus Prime
El secreto del éxito, sin embargo, no está solo en la mesa, sino en la trazabilidad. La Cuadra de Salvador decidió encargarse directamente de la importación de carne Angus Prime desde Estados Unidos. Una estrategia que no solo garantiza consistencia, sino que elimina intermediarios, reduce costos y asegura stock continuo.
“Todos nuestros cortes son Prime”, explica Pazos. Esta clasificación —la más alta otorgada por el USDA— se reserva para el 3 % superior de toda la carne de res en EE. UU. “No trabajamos con un nivel inferior. Nuestra premisa es ofrecer lo mejor, sin concesiones”.
La diferencia está en la grasa… y en el alma
La carne Prime se distingue por su marmoleado, jugosidad y textura. Pero no es solo una cuestión técnica: en La Cuadra de Salvador, esa calidad se transforma en experiencia. Cada corte —de sabor profundo, cocción precisa y presentación sobria— es parte de un relato gastronómico mayor: uno donde la excelencia se vuelve rutina.

Cultura carnívora con identidad y expansión global
Además de sus cortes insignia, la propuesta incluye una carta de barra contemporánea y un rooftop en el local de La Molina. “Queremos que la experiencia evolucione sin perder su esencia: carne con carácter y espacios que invitan a quedarse”, añade el CEO.
El concepto también ha comenzado a proyectarse internacionalmente con su reciente apertura en Madrid. Un paso que reafirma el lugar de La Cuadra de Salvador como uno de los referentes del fine dining peruano con vocación global.
Una experiencia sin atajos
En un mercado saturado de modas efímeras, La Cuadra de Salvador se posiciona con una fórmula poco frecuente: visión a largo plazo, calidad sin concesiones y un respeto absoluto por el producto. Porque, como afirma su fundador, “cuando el fuego es verdadero, no necesita adornos”.
Redacta: Anghelo Basauri Escudero