Un restaurante que trasciende la tradición nipona y conquista con una propuesta gastronómica que equilibra técnica, frescura y creatividad, consolidándose como un referente de la cocina japonesa contemporánea en Bogotá.

Una puerta a Japón en la Zona exclusiva de Bogotá
En medio de la sofisticación capitalina, Osaki emerge como un santuario de sabores japoneses con sello propio. No se trata solo de un restaurante: es una experiencia inmersiva donde la tradición nipona se entrelaza con la innovación y el arte culinario, transformando cada plato en un viaje de sensaciones.
El inicio: Un rollo con identidad
La travesía gastronómica comienza con el Crab Roll, una pieza que condensa la esencia del mar. Su relleno de kanikama y langostino, armonizado con aguacate y envuelto en papel de soya, revela la precisión de la técnica japonesa. El contraste se eleva con la mayonesa picante y un delicado toque de ponzu, que equilibra lo dulce y lo ácido con la sutileza de un trazo maestro.

Nigiri reinventados con fuego y sabor
El Nigiri de Palta Tatemada rompe esquemas. El aguacate, sellado al soplete, adquiere una textura cremosa que sorprende al contacto con la salsa macha de maní y chipotle. El resultado es un bocado audaz, en el que lo crujiente y lo picante se funden con lo aterciopelado, demostrando que en Osaki la tradición nunca está reñida con la creatividad.

Edamame con carácter
Los clásicos Edamame adquieren una nueva dimensión cuando pasan por el wok. Salteados en caldo ramen con salsa de ostras, despiertan un umami profundo que se convierte en el preámbulo perfecto para los sabores que vendrán después.

Fusión con raíces latinas
La propuesta alcanza un giro inesperado con el Poke Guacamole y Salmón. Aquí, los cubos de salmón tataki reposan sobre un guacamole con jalapeño y cilantro, mientras el kale tempura aporta crocancia. La salsa teriyaki hace de hilo conductor en un plato que representa la capacidad de Osaki para tender puentes entre la cocina japonesa y los ingredientes latinoamericanos.

El plato que roba miradas
Entre los imprescindibles, el Arroz Frito de Cangrejo se lleva los aplausos. Con trozos generosos de cangrejo ahumado y camarón, este arroz perfumado despierta la memoria gustativa. Los encurtidos de chiles y la frescura de la hierbabuena otorgan dinamismo a cada bocado, reafirmando que la excelencia está en los detalles.

Cócteles que cuentan historias
El maridaje no se queda atrás. El Mezcal Cantón aporta notas ahumadas y especiadas de jengibre y cardamomo, mientras el Mumbai Mule refresca con su equilibrio entre lo picante y lo cítrico. Cada trago amplifica la experiencia y la convierte en un ritual sensorial completo.

Un cierre etéreo
El final no podía ser otro: el Merengue Osaki, ligero y aireado, funciona como el epílogo perfecto de una experiencia gastronómica que deja huella en el paladar y en la memoria.

Osaki, más allá de la mesa
Con un servicio que combina cercanía y excelencia, y un ambiente donde la elegancia dialoga con la calidez, Osaki se consolida como un destino imprescindible para los amantes de la gastronomía japonesa en Bogotá. Su capacidad para reinterpretar recetas tradicionales con ingredientes frescos lo ha convertido en un referente obligado para quienes buscan descubrir la cocina asiática desde una mirada contemporánea.
Escribe: Jade Bermeo