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Amarena: El brunch como un ritual que une

Una oda a los sentidos donde la gastronomía artesanal, la estética y la cultura se funden en una experiencia que trasciende el almuerzo.

Cuando comer se vuelve un arte

En pleno corazón de Miraflores, un aroma a brioche dorado, café de especialidad y mantequilla de miel guía a los comensales hacia un rincón donde el tiempo parece suspenderse. No se trata solo de un restaurante ni de una cafetería; Amarena es una experiencia sensorial, una celebración pausada que gira en torno al ritual contemporáneo del brunch.

Desde su fundación en 2021, ha redefinido el concepto de comfort food con un enfoque sofisticado y artesanal, transformando cada comida en una forma de expresión culinaria. Su nuevo local en la Av. Bolognesi 506 no es solo una ampliación física, sino una reafirmación de su propuesta: comer bien no es un lujo, es una forma de vida.

Un nuevo menú, una nueva narrativa

Con una carta que evoluciona con las estaciones, expande su propuesta gastronómica integrando preparaciones más complejas sin perder su esencia acogedora. Las nuevas incorporaciones para el almuerzo destacan por su carácter artesanal: pastas hechas en casa como el tortellini relleno de cuatro quesos, nueces y tomillo, el tagliatelle con salsa tatemada y ricotta casera, o el exquisito pappardelle con ragú de carrillera.

El ya icónico arroz con cerdo, cocido durante ocho horas a baja temperatura y servido con puré de zapallo loche, demuestra que en Amarena la técnica y la paciencia son ingredientes tan esenciales como la sal.

Más que platos: momentos para compartir

La experiencia no se vive solo, se comparte. Por eso, la carta incluye propuestas ideales para picar entre amigos: croquetas de cola de buey y tartar de carne con rösti de yuca, pensados para conversar mientras se celebra el arte de comer sin prisa.

Y como en toda buena ceremonia, el momento dulce es sagrado. El Honey Butter Toast, un brioche artesanal bañado en mantequilla de miel y tomillo, acompañado de crema agria y fresas braseadas, se ha convertido en el favorito de la temporada. Una explosión de texturas y temperaturas que evoca el desayuno de un domingo eterno.

La barra: frescura en cada sorbo

La innovación también se vierte en copas. Amarena ha lanzado una nueva carta de vinos naturales seleccionados por estación y servidos desde una cava exclusiva. A esto se suman cócteles de autor que reflejan el carácter del local: sofisticado, audaz, natural. El Amarena Spritz, creación de la casa, es una invitación a brindar cualquier día de la semana.

Para quienes prefieren lo natural, los jugos de temporada ofrecen combinaciones frescas que armonizan con los platos y celebran la diversidad de frutas peruanas.

Más allá del plato: cultura y comunidad

Pero Amarena no se limita a alimentar el cuerpo. En el segundo piso del local de Bolognesi, el restaurante ha creado un espacio cultural donde se dictan talleres de cerámica, acuarelas y arreglos florales. Así, la gastronomía se entrelaza con la creatividad, consolidándose como un refugio artístico y comunitario en medio del vértigo urbano.

Un alma con historia

El éxito no es casualidad. Detrás de cada receta, detalle y aroma está la visión de sus fundadoras, quienes provienen del exigente mundo de la alta cocina. Esa experiencia se traduce en procesos artesanales meticulosos, insumos seleccionados con rigor y un respeto profundo por la calidad. “La diferencia está en los detalles”, afirma la chef y cofundadora Camila Unzueta, y basta una visita para comprobarlo.

Reconocida con un Premio Luces en 2022 y elegida como la mejor cafetería de especialidad en Lima por los Premios Somos 2023, Amarena ha demostrado que el brunch no es una moda, sino un lenguaje con el que expresa su estilo, su visión y su amor por lo bien hecho.

El brunch como puente

En un mundo que corre, Amarena propone detenerse. Comer como ritual, beber como pausa, compartir como forma de conexión. En cada rincón, en cada plato, en cada sorbo, se cultiva un estilo de vida donde lo cotidiano se vuelve extraordinario.

Y así, cada vez que alguien cruza sus puertas, lo cotidiano se transforma en celebración. Porque en Amarena, el brunch no solo nutre: une.

Redacción: Anghelo Basauri Escudero