Desde sus raíces personales hasta una propuesta que redefine el clean beauty desde Latinoamérica, Alessandra Garavito, CEO de Ella Park, comparte en exclusiva con Signature la historia detrás de una marca que une biotecnología, tradición y propósito emocional. Un manifiesto de belleza consciente nacido para cuidar pieles… y despertar conciencias.
El origen de una filosofía que sana y reconecta
No nació como una tendencia. Nació como una necesidad íntima, visceral. Un gesto de reparación que encontró en el skincare no solo una solución dermocosmética, sino una forma de reencuentro. Desde las enseñanzas de su abuela hasta las cicatrices del acné que marcaron su adolescencia, Garavito convirtió su historia personal en el motor de una marca que rescata saberes ancestrales, respeta el poder de los ingredientes latinoamericanos y transforma el cuidado de la piel en una narrativa de amor propio.
“La piel no es un lienzo, es la historia viva de quiénes somos”, nos dice, y es desde ese lugar —auténtico, emocional y profundamente humano— que construyó cada fórmula de Ella Park.

Clean science con impacto real: la alquimia entre ética, belleza y futuro
En tiempos donde la industria dermocosmética muchas veces promete más de lo que cumple, Ella Park se distingue no solo por su transparencia, sino por su elegancia ética. Con ingredientes clínicamente respaldados como Agascalm™ y extractos amazónicos provenientes de prácticas regenerativas, su propuesta redefine lo que entendemos por clean beauty: eficacia, trazabilidad y respeto.
Sus envases de vidrio no son solo una elección estética. Son una declaración de principios. “La transparencia comienza desde la primera mirada”, afirma . Y es justamente ese diálogo entre lo visible y lo esencial lo que le da alma a esta marca.

El ritual como revolución: una belleza que empodera desde el cuidado
Cada gota aplicada en la piel es también una invitación a reconectar. El skincare no como rutina, sino como gesto de pausa, autoescucha y validación personal. “Me estoy recordando que merezco tiempo, respeto y cariño”, dice su fundadora sobre sus propios rituales, como quien reafirma que la belleza auténtica comienza desde adentro.
Es esa filosofía de empoderamiento diario —sereno, sin estridencias, pero profundamente transformador— la que posiciona a Ella Park como una marca con visión y alma. Un proyecto que abraza la ciencia, sí, pero que no olvida el poder de una herencia emocional y sensorial.

Mirar al futuro con raíces propias
En una década, Garavito imagina a Ella Park no solo como una marca sólida, sino como una comunidad global conectada por la ética, la innovación y el respeto por la piel y el planeta. Una marca latinoamericana que no imita, sino que propone. Que no responde a estándares ajenos, sino que los crea desde el corazón del continente.
“Queremos ser la marca que represente a Latinoamérica en el mundo. Pero sobre todo, queremos hacerlo con el alma.”
Redacción: Anghelo Basauri Escudero