En entrevista exclusiva con Signature, el restaurante y café que ha conquistado el corazón de Ica celebra su aniversario reafirmando su esencia: tradición con técnica, cercanía con identidad y una carta que abraza como el hogar.

Un cuarto de siglo sirviendo cariño en cada plato
Hablar de comfort food en el Perú es, en muchos casos, hablar de nostalgia. Pero cuando se trata de MC Grill Restaurante & Café, la nostalgia no se sirve fría: llega humeante, en porciones generosas, con sabores que abrazan el alma. A lo largo de 25 años, este emblema iqueño ha construido una marca que va más allá del sabor: ha formado parte de la historia emocional de sus comensales.
El equipo fundador rememora los orígenes del restaurante: “Nuestra esencia nace del cariño por la cocina de casa, esa que reconforta el alma. Lo que buscamos fue cuidar y mantener la tradición de la comida iqueña e internacional hecha en casa, con recetas de la abuela reinterpretadas con nuevas técnicas.”

Tradición reinventada: el arte de no traicionar el origen
La cocina de la marca se sostiene sobre una premisa clara: el respeto por las raíces. Pero ese respeto no impide evolucionar. “Lo que hicimos fue darle un aire nuevo, sin traicionar su origen”, explican. Su propuesta combina sabores locales —como la tradicional carapulcra con sopa seca— con presentaciones contemporáneas que elevan la experiencia sin diluir la memoria.
Esa alquimia entre lo clásico y lo moderno es también un manifiesto estético: urbano pero cálido, elegante sin pretensión. La identidad visual del restaurante es coherente con su carta: invita, acoge, reconforta.
Resiliencia y arraigo: crecer desde el sismo
Su historia no es solo gastronómica: también es una historia de resiliencia. “Empezamos siendo un local muy pequeño con un par de mesas”, recuerdan. Pero el verdadero punto de inflexión llegó en 2007, cuando el terremoto destruyó el local. “Nos tocó tomar ese reto como una oportunidad de crecimiento.”
Con el respaldo de un equipo comprometido y una comunidad fiel, MC Grill resurgió con más fuerza. “Escuchar, adaptarse, proponer: esa ha sido la receta. Y claro, siempre con el corazón puesto en lo que somos como ciudad y como restaurante.”


La carta como espejo de su espíritu
Si hay un plato que representa el alma del restaurante, ese es su lasagna de carne: fue el primero que apareció en la carta y aún hoy conserva el sello de la fundadora. Pero la carta ha crecido y evolucionado. Hoy se celebra también el lingüini con huancaína, una fusión sabrosa y provocadora, y por supuesto, los emblemas de la cocina iqueña.
“Cocinamos como vivimos: con ganas de dejar huella. Detrás de cada plato hay una conversación, una risa, una inspiración.” Y eso se siente en cada visita, en cada bocado.
Una mesa abierta a la memoria y la emoción
Veinticinco años no son solo una cifra: son cientos de miles de platos servidos, miles de historias compartidas, generaciones que han crecido con el restaurante como telón de fondo. No es solo una marca de comida: es un símbolo de identidad local, perseverancia y pasión por el detalle.
Hoy, su legado se reafirma con cada cliente que entra, se sienta y vuelve a casa diciendo: “Esto sabe a lo que soy”. Y eso, más que cualquier innovación, es lo que hace que MC Grill Restaurante & Café siga siendo inolvidable.

Redacción: Anghelo Basauri Escudero