Hace no mucho, con solo 20 años, Melanie Leon fundó La Leon Studio: un espacio donde el diseño se transforma en lenguaje, experiencia y comunidad. Desde la introspección hasta la vanguardia, su mirada sensible y firme propone una nueva narrativa visual en Latinoamérica.
Diseñar desde el centro: cuando la estética se convierte en espejo interior
Hay quienes diseñan por encargo, y quienes diseñan desde el alma. Melanie Leon pertenece a esta segunda categoría: una generación de creativos latinoamericanos que entienden el diseño no como tendencia, sino como lenguaje emocional. A través de piezas sutiles y profundamente pensadas, su universo estético se ha convertido en una extensión poética de su identidad.
“Siempre me sentí identificada con el león como símbolo de valentía”, expresa. Ese símbolo, lejos de lo obvio, es una metáfora de su trabajo: una mezcla precisa entre fuerza interior y sensibilidad artística, expresada en detalles visuales que no gritan, sino que susurran con intención.
Intuición como brújula creativa
En un mundo saturado de imágenes rápidas y fórmulas visuales repetidas, Leon apuesta por un enfoque radicalmente distinto: la honestidad visual. Cultiva su autenticidad como una práctica cotidiana que se alimenta de libros, arquitectura, objetos, viajes, preguntas y silencios. “Me permito explorar antes de llegar a un resultado final. Si algo me hace clic, sé que es el camino correcto”, afirma.
Así, La Leon Studio ha logrado consolidar un estilo reconocible sin caer en lo predecible: una estética minimalista y delicada que dialoga con lo emocional, lo artesanal y lo contemporáneo, sin ceder a modas pasajeras.
De estudio creativo a plataforma de comunidad
Lo que comenzó como un estudio de diseño para marcas y proyectos internacionales, hoy es también una plataforma educativa y de comunidad para creativos emergentes. Melanie comparte no solo sus logros, sino también los errores, dudas y aprendizajes que atraviesa como diseñadora independiente.
“Quiero generar un cambio positivo en la industria del diseño en Latinoamérica”, afirma. Para lograrlo, planea expandir la oferta de talleres —virtuales y presenciales—, y continuar construyendo un espacio donde compartir experiencias profesionales y personales sea parte del proceso creativo.
Diseño como declaración de identidad
Los diseños de La Leon Studio no buscan impresionar: buscan conectar. En cada pieza, Melanie articula un equilibrio sutil entre lo ancestral y lo vanguardista, lo emocional y lo funcional. “Me gusta rescatar lo esencial, reinterpretarlo desde una mirada moderna y limpia”, explica.
Su sensibilidad femenina, alejada de clichés visuales, se expresa a través de paletas suaves, texturas íntimas y tipografías serenas. Todo está pensado para generar atmósferas que inviten a mirar y sentir. Cada entrega es más que una pieza gráfica: es una extensión honesta de cómo ella ve el mundo.
En tiempos donde el diseño parece diluirse en la urgencia, Melanie Leon recuerda que crear también es una forma de habitar el mundo con más profundidad y cuidado. Y ese es, quizás, su mayor legado: haber fundado un estudio donde la belleza no solo se ve, se respira.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero
