El traslado de las cadenas de suministro desde Asia hacia América Latina está transformando el mapa del comercio internacional, atrayendo inversiones millonarias y redibujando las reglas del juego en la economía global.
Una tendencia en auge
El nearshoring, o la reubicación de la producción y el abastecimiento cerca del mercado de consumo final, ha dejado de ser una estrategia emergente para convertirse en una necesidad imperativa para las grandes corporaciones. Las disrupciones logísticas derivadas de la pandemia de COVID-19, las crecientes tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, y la búsqueda de mayor eficiencia han impulsado este fenómeno en América Latina, especialmente en países como México, Brasil y Colombia.
México: el epicentro del nearshoring
México se ha consolidado como el principal beneficiario del nearshoring en la región. Su cercanía con Estados Unidos, su pertenencia al T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) y su amplia red de infraestructura han convertido al país en el destino ideal para la manufactura y la industria automotriz. Gigantes como Tesla y BMW han anunciado inversiones millonarias para la instalación de plantas de producción en el territorio mexicano, una muestra clara del potencial de la región en este nuevo paradigma global.

Brasil y Colombia: nuevas fronteras del comercio regional
Si bien México lidera la transformación, Brasil y Colombia también han visto un auge en la atracción de inversiones extranjeras. Brasil, con su robusta industria manufacturera y una economía diversificada, está captando capital para la producción de tecnología y bienes de consumo. Por otro lado, Colombia se posiciona como un hub logístico estratégico, ofreciendo incentivos fiscales y una localización clave para empresas que buscan acceder a los mercados norteamericanos y europeos con costos más competitivos.
Retos y oportunidades
A pesar del optimismo, el nearshoring en América Latina enfrenta desafíos importantes. La falta de infraestructura moderna en algunas regiones, la inestabilidad política y los problemas de seguridad siguen siendo obstáculos para atraer mayores inversiones. Sin embargo, los gobiernos están respondiendo con estrategias de desarrollo, mejoras en conectividad y acuerdos comerciales que faciliten la llegada de empresas extranjeras.

El futuro del nearshoring en la región
El crecimiento del nearshoring en América Latina es una tendencia que está lejos de desacelerarse. La necesidad de reducir costos logísticos, disminuir la dependencia de Asia y fortalecer las cadenas de suministro regionales está impulsando un cambio estructural en el comercio internacional. En los próximos años, la región podría consolidarse como un actor clave en la manufactura global, generando empleo, modernizando su infraestructura y redefiniendo su papel en la economía mundial.
América Latina ya no es solo un proveedor de materias primas; ahora, con el nearshoring, tiene la oportunidad de convertirse en el corazón de la producción global.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero