En entrevista exclusiva con Signature, la fundadora de Nailed It Studio revela cómo construyó un espacio donde el lujo no se ostenta, se respira.
En un mundo donde el “verse bien” muchas veces se confunde con lo superficial, encontró la grieta perfecta para edificar algo mucho más profundo. Desde su estudio, Nailed It, propone una experiencia que trasciende la estética: una oda al cuidado, al conocimiento técnico y a la escucha atenta. En esta ocasión, la fundadora nos guía por su universo, donde el lujo silencioso se expresa en la precisión, el respeto por el cuerpo y el valor del detalle.

Una visión clara desde el primer esmalte
“No quería ofrecer un servicio más. Quería crear una experiencia impecable, donde cada decisión tuviera sentido”, cuenta. El punto de partida fue su obsesión por la formación: se capacitó en múltiples técnicas, exploró las mejores metodologías del mundo del nail care y se rodeó de un equipo que comparte su misma búsqueda de excelencia.
La propuesta nació como un espacio boutique, pero con estándares de alta exigencia: desde la elección del mobiliario, pasando por la curaduría de productos, hasta el lenguaje de atención que utiliza cada colaboradora. Ale entendió que el verdadero lujo no se trata de brillos, sino de coherencia y profundidad en el propósito.

El lujo como forma de respeto
En su universo, el lujo no está ligado a lo costoso, sino a lo cuidado. “Para mí, el lujo es cuando te escuchan, te explican, te recomiendan lo que realmente necesitas y no lo que está de moda”, afirma. Esta filosofía se traduce en una atención quirúrgica al detalle, en técnicas adaptadas a cada tipo de uña y en una experiencia donde la salud está por encima de la tendencia.
“Si una técnica daña la uña, simplemente no la ofrecemos. Nuestra prioridad es educar y guiar.”
Ese acto de respeto hacia el cuerpo de cada clienta es, justamente, lo que convierte a Nailed It en un oasis: aquí no se improvisa, no se vende humo. Se promete y se cumple.

Un liderazgo que forma, no solo dirige
Ella lidera desde la pasión y el ejemplo. Cada integrante de su equipo ha sido elegido por su compromiso, pero también formado con una visión integral. En el estudio, la empatía se entrena, y la técnica se perfecciona constantemente. No hay atajos.
“Un buen servicio no es suficiente. Lo que nos diferencia es cómo hacemos sentir a quien se sienta en nuestra silla.”
Su liderazgo femenino está atravesado por una ética del cuidado, de la responsabilidad emocional y de una cultura organizacional que prioriza el bienestar tanto del equipo como de las clientas. Porque para la fundadora, crecer no es escalar: es expandirse con propósito.

El estudio como refugio: belleza, pausa y vínculo
Cada cita está pensada como un ritual íntimo. No es casual que quienes visitan el estudio lo definan como un lugar donde se respira calma. Ale creó un espacio donde la belleza no es ruido, es pausa, tacto y presencia.
“Las mujeres que vienen buscan un momento para ellas. Nos eligen porque aquí no se trata solo de uñas, se trata de cómo quieren sentirse.”

Un manifiesto silencioso de sofisticación
Ha logrado algo que pocos en el sector belleza pueden decir con convicción: dignificar el oficio, profesionalizar el servicio y humanizar la experiencia. Nailed It Studio no es un salón de uñas: es un manifiesto silencioso de lo que sucede cuando una mujer decide construir desde el detalle, la coherencia y la excelencia.
Y en esta entrevista con Signature, queda claro que Ale Rejas no solo está moldeando uñas perfectas: está tallando una nueva forma de entender el lujo en femenino.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero