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Framar: El arte textil que transforma la herencia en diseño

Desde los Andes hasta los interiores más sofisticados, hay un lenguaje que se escribe en lana. Framar, la firma peruana que ha convertido la confección de alfombras en arte textil contemporáneo, teje cada pieza con la nobleza de la alpaca y el alma de una herencia que sigue viva, bajo la dirección creativa de Adriana García Belaunde. Quien ha hecho de cada diseño una forma de honrar nuestras raíces desde el lujo silencioso de lo hecho a mano.

Tejer raíces, preservar la esencia

Trabajar con lana de alpaca es, para Adriana, un acto de profundo respeto por el pasado y una manera de proyectar identidad en el presente. No se trata solo de utilizar una fibra noble, sino de revalorarla como símbolo de conexión cultural. Cada pieza nace de una intención clara y se diseña exclusivamente para el cliente final, lo que convierte al proceso en una experiencia casi ritual. No hay moldes repetibles: hay sensibilidad, escucha y propósito.

En esa unicidad reside la fuerza de Framar. Sus alfombras no solo abrigan los espacios: los dotan de sentido y atmósfera, transformándose en expresiones visuales de historias personales. Así, lo artesanal deja de ser una categoría limitada por lo rústico y se eleva a una manifestación sofisticada de lo local. Cada obra es una afirmación de origen convertida en objeto de contemplación.

Diseño que interpreta, no decora

El cliente de Framar no busca simplemente una pieza elegante: busca un objeto que refleje visión, coherencia y calidad sin concesiones. Para lograrlo, la firma cuida cada paso del proceso con exigencia extrema. Desde la elección de los hilados hasta los acabados finales, todo responde a un sistema donde el detalle no es un extra, sino la regla.

Esta precisión da lugar a alfombras que no solo se integran con los espacios, sino que los enriquecen. Framar no acompaña ambientes, los articula, creando experiencias visuales y táctiles que dialogan con la arquitectura y la energía del lugar. Las texturas, formas y tonos no siguen modas; responden a una sensibilidad atemporal que transforma interiores en narrativas materiales.

El equilibrio entre herencia y visión contemporánea

Adriana García Belaunde ha sabido construir un lenguaje visual que armoniza lo ancestral con lo aspiracional. Su formación en antropología y marketing le permite navegar con naturalidad entre dos mundos: el de las técnicas tradicionales y el de las necesidades de un consumidor global que valora lo auténtico, pero también exige innovación, funcionalidad y ética.

Este cruce de saberes da forma a un enfoque único, donde la sostenibilidad no es una tendencia sino un principio estructural. La alpaca peruana, trabajada por manos expertas, mantiene su pureza, pero es interpretada con herramientas contemporáneas que elevan el estándar. La tradición no se conserva intacta: se reinventa con conciencia, abriendo nuevos caminos para el diseño latinoamericano con propósito.

Un legado que respira en cada fibra

Más allá de los objetos, Framar construye una filosofía de trabajo centrada en el respeto: al entorno, al equipo, al oficio. Para Adriana, el verdadero éxito no solo se mide en expansión o reconocimiento, sino en haber tejido una empresa rentable, ética y humana, donde el trabajo justo y la colaboración genuina son parte de la identidad tanto como la materia prima.

Su visión de futuro no se basa en la permanencia estática, sino en una evolución con esencia. Imagina una Framar que, dentro de cincuenta años, seguirá interpretando lo latinoamericano desde la autenticidad, abierta a nuevos lenguajes sin renunciar a su raíz. Que sus alfombras continúen siendo símbolos de experiencia, cultura y refinamiento —un legado silencioso que se pisa, se vive y se hereda.

Escribe: Romina Polti