En los pliegues de la cordillera, donde la tierra respira uvas y el aire huele a madera encendida, Otto Kunz abre las puertas de un viaje que no es simple premio, sino destino. “Maridar no es mezclar, es entender”, propone la marca al presentar la segunda edición de Destino de Expertos, una experiencia diseñada para quienes viven la gastronomía como arte y celebran el encuentro entre el saber y el sabor.

El viaje como escenario
Tras el éxito de su primera entrega en 2024, esta nueva edición lleva a cinco ganadores y sus acompañantes a Mendoza, Argentina. Allí, en los paisajes infinitos del vino, la experiencia se despliega entre parrillas encendidas, cocina de autor y sesiones de maridaje que buscan algo más profundo que la técnica: descubrir la armonía oculta entre la carne y el vino.
Los participantes serán guiados por chefs del Hualta Winery Hotel y el Huentala Hotel, mientras la bodega de Huentala Wines abre sus puertas para mostrar el oficio del enólogo en su esencia más íntima.


Aprender, probar, permanece
“Destino de Expertos busca conectar con un consumidor que valora las experiencias memorables: aquellas que se viven, se aprenden y permanecen en el tiempo”, afirma Nicole Díaz, Brand Manager de Otto Kunz. Esa premisa se traduce en una mecánica sencilla: basta adquirir productos de la marca, junto a etiquetas de Vinos Sombrero o Huentala, para entrar en la posibilidad de un viaje que trasciende lo tangible.
No se trata de un concurso más, sino de la invitación a formar parte de una comunidad de apasionados, donde el conocimiento se comparte en torno al fuego, la mesa y la copa.


Pasión convertida en legado
Con casi cuarenta años de trayectoria, Otto Kunz ha hecho de la excelencia un hábito. Desde embutidos y hamburguesas hasta cortes de carne premium, su promesa ha sido siempre la misma: la búsqueda incansable del detalle y la autenticidad. Al presentar Destino de Expertos, la marca reafirma su lema —Pasión de Expertos— y se consolida como un referente que no solo alimenta, sino que educa, inspira y acompaña.
En el silencio de un viñedo mendocino, entre el crujido de las brasas y el eco del brindis, la experiencia revela su verdadero sentido: comprender que el maridaje no ocurre en la boca, sino en la memoria.
Escribe: Nataly Vásquez