En una noche suspendida sobre los hangares del Centro Aeronáutico de la FAP, el aire llevaba consigo algo más que el sonido de las copas entrechocando: era la anticipación de una alianza que promete transformar industrias enteras. Entre uniformes impecables y conversaciones que se deslizaban con la cadencia de un brindis, se presentó oficialmente la unión entre PPG y Químicos Andina del Perú. Un acuerdo que no solo reúne nombres, sino visiones de futuro.

Un encuentro entre lo local y lo global
La velada celebró más que un contrato: fue la conjunción entre la experiencia nacional de Químicos Andina —con más de una década desarrollando marcas como Andinacoat y Andinacolor— y el prestigio centenario de PPG, multinacional estadounidense fundada en 1883 y hoy presente en más de 70 países.
“Estamos convencidos de que esta alianza abre un horizonte extraordinario para el mercado peruano”, señaló Diego Ramírez, director de Negocio Protective & Marine Coating de PPG Región Andina. En sintonía, Efraín Jara, fundador y director comercial de Químicos Andina, subrayó que este es un paso natural para “unir la fuerza de lo local con la innovación tecnológica de un líder global”.


Tecnología que redefine los estándares
Con esta unión, el Perú tendrá acceso a recubrimientos de alto rendimiento que no solo protegen infraestructuras, sino que alargan su vida útil, reducen costos de mantenimiento y mejoran la productividad. Sectores como el industrial, automotriz, naval, aeronáutico y de la construcción se verán impactados por soluciones que integran tecnología de última generación con una mirada adaptada al contexto local.
Más allá de cifras o porcentajes, la alianza proyecta una nueva narrativa: la de un país que se inserta en la órbita de la innovación global sin perder sus raíces, en diálogo constante entre lo que se fabrica aquí y lo que se imagina afuera.

El brillo discreto de una noche estratégica
Las flores, los bocados y la música en segundo plano acompañaron la velada, pero lo esencial estaba en las conversaciones: ejecutivos, aliados estratégicos y líderes de sector compartiendo la certeza de que esta unión marcará un punto de inflexión en la industria de recubrimientos en el país.
Cuando las luces del recinto se atenuaron, la sensación que quedó flotando fue la de haber presenciado el inicio de un capítulo mayor. Un recordatorio de que, incluso en el mundo del acero, el concreto y la pintura, hay alianzas que iluminan caminos y abren posibilidades.
Escribe y Fotos: Nasim Mubarak