El auge del proteccionismo y sus efectos en el comercio global
El comercio internacional se encuentra en una encrucijada. En la última década, la creciente tendencia hacia el proteccionismo ha desafiado el paradigma de la globalización, dando paso a una era de incertidumbre, tarifas arancelarias y restricciones comerciales que afectan a empresas, gobiernos y consumidores por igual. La pregunta que resuena en los pasillos de las instituciones económicas es clara: ¿estamos ante la fragmentación definitiva del comercio global?
Guerra comercial: la batalla por el liderazgo económico
La disputa comercial entre Estados Unidos y China marcó un punto de inflexión en el sistema de comercio internacional. Las medidas proteccionistas impuestas por ambos países, como el aumento de aranceles a productos clave y la imposición de restricciones tecnológicas, generaron una cadena de reacciones en otras economías que también han optado por estrategias nacionalistas en sus políticas comerciales. La Unción Europea, India y hasta algunas naciones latinoamericanas han endurecido sus normas de comercio exterior para proteger sus industrias nacionales.
Impacto en las cadenas de suministro globales
Uno de los efectos más visibles de esta guerra comercial es la disrupción en las cadenas de suministro. Empresas multinacionales han tenido que reconsiderar su estrategia de producción y abastecimiento, impulsando fenómenos como el nearshoring y la regionalización de la manufactura. La pandemia del COVID-19, además, aceleró esta transformación, demostrando la vulnerabilidad de una economía demasiado interconectada y dependiente de pocos proveedores globales.

El resurgimiento del proteccionismo en América Latina
América Latina no ha sido ajena a estas tendencias. Brasil, México y Argentina han tomado medidas para fortalecer su industria nacional, implementando políticas arancelarias y subsidios en sectores estratégicos como la manufactura y la tecnología. Si bien esto podría traducirse en un mayor crecimiento interno, también plantea el reto de la competitividad en un mundo donde los acuerdos multilaterales parecen perder fuerza.
¿El fin de la globalización tal como la conocemos?
A medida que los países adoptan estrategias más nacionalistas, el riesgo de una fragmentación estructural del comercio internacional se vuelve más evidente. El multilateralismo, promovido por la Organización Mundial del Comercio (OMC), enfrenta su mayor desafío: mantener la integración económica en un entorno donde cada nación busca proteger sus propios intereses. La salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y las renegociaciones de tratados como el T-MEC o el RCEP refuerzan la percepción de un mundo más segmentado y menos predecible.

Un futuro incierto para el comercio global
El horizonte del comercio internacional es incierto. Si bien la globalización no desaparecerá de un día para otro, las nuevas dinámicas comerciales sugieren que estamos transitando hacia un modelo de bloques económicos con reglas distintas y sistemas de cooperación fragmentados. La clave para las empresas y los gobiernos será la adaptación a este entorno cambiante, aprovechando las oportunidades que surjan y mitigando los riesgos que conlleva este nuevo orden comercial.
Redacción: Anghelo Basauri Escudero