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Lobos Team: Innovación en madera que conecta estética y bienestar

Desde una necesidad íntima en medio del confinamiento hasta convertirse en un símbolo de diseño sensorial y lujo funcional, Gianpiero Quiñonez, fundador de Lobos Team, redefine la relación entre naturaleza, estética y bienestar en los hogares, creando piezas que trascienden lo decorativo para convertirse en elementos esenciales de la vida diaria.

El inicio de algo más que un mueble
Todo comenzó durante el confinamiento. Una simple mesa auxiliar, recibida como obsequio personal, despertó el interés de muchos. Al compartirla en redes sociales, las reacciones no se hicieron esperar: quienes la vieron, la desearon. Ese instante de atención espontánea encendió una chispa que se transformaría en una propuesta de diseño enfocada en enriquecer la experiencia de crear.

“Desde el inicio, el propósito ha sido diseñar piezas que no solo cumplan una función, sino que hagan que las personas se sientan más cómodas y conectadas con su espacio” explica. Esa primera respuesta pública marcó el camino. No se trataba simplemente de replicar un modelo, sino de ofrecer soluciones que acompañaran la rutina diaria con estilo, practicidad y calidez. Así comenzó una empresa dedicada a integrar la nobleza de la materia orgánica en una estética adaptable, contemporánea y emocionalmente relevante.

Más que formas, emociones que habitan espacios
Cada creación nace de una intención concreta. No basta con que algo sea útil: debe conmover, invitar al recogimiento, al bienestar sensorial. En ese sentido, el trabajo con materiales nobles se convierte en un lenguaje. No uno visual, sino táctil y afectivo. “Para mí, cada pieza debe resolver algo práctico, pero también despertar sensaciones: confort, calidez y conexión.”

El concepto va más allá del objeto. Es una forma de generar atmósferas que integran los ritmos modernos, espacios donde la belleza no es ornamento, sino una forma de cuidado. Se ofrece algo más íntimo: instantes de tranquilidad, equilibrio y pertenencia.

Una forma distinta de ver lo cotidiano
Desmarcarse de lo genérico ha sido parte de la misión. En lugar de seguir tendencias pasajeras, se apostó por una visión donde la identidad de cada pieza refleje también la de quien la elige. “No solo vendemos mesas u organizadores, vendemos momentos de bienestar. Esa es nuestra filosofía: diseñar experiencias, no solo objetos.”

Los desafíos no fueron pocos. Había que cambiar la percepción de lo que este material puede representar. Gracias a la observación constante y la escucha activa del público, fue posible encontrar nuevas combinaciones entre tradición y modernidad. “Descubrimos que, si se combina con diseño contemporáneo y usabilidad, puede integrarse perfectamente a espacios modernos y estilos de vida dinámicos,” agrega el fundador.

La clave ha sido mantenerse abierto a los comentarios, integrar sugerencias y probar caminos inesperados. Esa apertura permitió que cada nueva pieza conserve una esencia artesanal sin dejar de mirar hacia adelante.

Revolucionar sin ruido: una estética que respira
Lo que comenzó con intuición, ahora se proyecta como un modelo con vocación regional. Esta propuesta busca insertarse en un diálogo más amplio, donde la estética se alinee con valores como el respeto al entorno y la coherencia entre lo que se elige y lo que se necesita. “Queremos liderar una nueva forma de entender el lujo: más consciente, más humano y con propósito.”

En este camino, el refinamiento no está reñido con el compromiso. Al contrario, se alimentan mutuamente. Se trata de elevar la experiencia cotidiana sin perder de vista lo esencial: crear belleza con sentido, impacto e integridad. Para el emprendedor, estos tres valores son pilares fundamentales. “Aspiramos a que nuestros productos sean referentes de elegancia funcional en toda la región. Que nuestra madera no solo adorne, sino que inspire.”

El lujo del futuro: elegante, humano y consciente
Esta propuesta invita a regresar a lo que reconforta. Nada en sus creaciones es casual: cada textura, forma y medida responde a una búsqueda de equilibrio. Lo que se ofrece no es solo diseño: es una forma de acompañar, de estar presente en la vida diaria con delicadeza y propósito.

Así, la materia prima se convierte en algo más que recurso. Se vuelve puente, refugio, símbolo de una forma distinta de estar en el mundo. Y ahí, en esa fusión de intención y belleza, se encuentra su verdadero poder.

Redacción: Romina Polti Pimentel