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Osteria Convivium celebra la lasagna como una obra de esencia y creación

La mesa limeña se viste de tradición y creatividad. Osteria Convivium, el restaurante italiano dirigido por el chef Miguel Hernández, inaugura un festival gastronómico que rinde homenaje a la lasagna: un ícono universal de la cocina italiana que trasciende fronteras y generaciones. Con recetas que viajan desde la Emilia-Romaña hasta reinterpretaciones contemporáneas, esta propuesta convierte cada plato en una experiencia de evocación y descubrimiento.

Un ícono de Italia, reimaginado en Lima
Hablar de lasagna es hablar de la esencia de la cocina italiana. Sus capas de pasta fresca, quesos fundentes y salsas generosas representan algo más que un plato: son memoria familiar, herencia cultural y un lenguaje compartido alrededor de la mesa. Consciente de ello, Osteria Convivium se propone en este festival rescatar esa tradición y, al mismo tiempo, abrirla a la creatividad.

El chef Miguel Hernández lo resume con una premisa clara: rendir tributo a lo auténtico sin renunciar a la innovación. En su cocina, cada versión es un puente entre regiones italianas y sensibilidades contemporáneas, invitando al comensal a viajar a través del paladar con respeto, pero también con audacia.

Cuatro interpretaciones, un mismo espíritu
El menú diseñado para el festival revela la versatilidad de la lasagna como lienzo gastronómico. La funghi porcini al cacio e pepe y guanciale propone un juego de contrastes intensos entre lo cremoso y lo ahumado. La bolognese clásica, cocida a fuego lento, es un homenaje a la receta que nunca pierde vigencia. La verdi di pesto, stracciatella y pomodorino despliega frescura y perfumes herbales propios de la Liguria, mientras que la nera di gamberi, con pasta teñida de tinta de calamar, evoca la elegancia marina en cada bocado.

Más allá de los ingredientes, cada plato es una narrativa en sí misma: desde la contundencia de los ragús hasta la sutileza de los aromas verdes, pasando por la sofisticación de los sabores marinos. Son cuatro versiones que dialogan entre tradición y modernidad, concebidas para un público que busca algo más que alimentarse: vivir un ritual gastronómico.

El valor de un plato universal
La lasagna, en su sencillez aparente, ha conquistado mesas de todos los continentes. Su éxito no radica solo en el sabor, sino en la capacidad de reunir. Reunir memorias, reunir afectos, reunir culturas. Ese poder simbólico es lo que Osteria Convivium rescata en este festival, al situar a Lima como escenario de una celebración que trasciende lo culinario y se convierte en un gesto de pertenencia y apertura.

Del 15 al 31 de agosto, el restaurante invita a explorar este viaje de texturas y emociones. En cada porción se revela la esencia de la hospitalidad italiana y, al mismo tiempo, la sensibilidad de una cocina que entiende que la tradición solo vive cuando se transforma.

En Convivium, la lasagna no es solo un plato. Es un recordatorio de que la cocina puede ser memoria y, al mismo tiempo, reinvención. Un espacio donde la intimidad de lo casero se encuentra con la sofisticación de lo contemporáneo, dejando en cada mesa un eco de Italia que perdura.

Escribe: Romina Polti