Hablar de dinero en casa sigue siendo un tema tabú para muchas familias peruanas. Sin embargo, Renzo Peche, conocido en redes sociales como «Papá Financiero», ha convertido la educación financiera en un lenguaje accesible para niños y adultos, promoviendo hábitos saludables que pueden transformar la economía familiar desde la base.

El aprendizaje comienza en casa
«Los niños aprenden con el ejemplo», sostiene Peche, quien enfatiza la importancia de que los padres manejen bien su propio dinero antes de enseñar a sus hijos. La clave, según él, está en hacer de la educación financiera un proceso natural e integrado en la vida diaria. Pequeñas prácticas como asignar una mesada a los niños y enseñarles a dividirla en «gasto», «ahorro» y «donación» pueden marcar una diferencia significativa en su relación con el dinero a futuro.
Otro recurso poderoso es el juego. «Si un niño quiere un juguete, en lugar de dárselo de inmediato, podemos ayudarlo a establecer un plan de ahorro y hacer que vea su progreso», explica. De esta manera, los menores experimentan la satisfacción de lograr sus metas por sí mismos, generando una mentalidad financiera responsable.
De la viralidad al impacto educativo
Las redes sociales han sido fundamentales en la difusión del mensaje de «Papá Financiero«. Su estrategia combina la viralidad con la profundidad del contenido. «Lo viral captura el interés, pero la profundidad construye comunidad», explica Peche. Atrae la atención con títulos llamativos como «¿Cómo logré que el nido se pague solo?», pero su verdadero objetivo es que cada video o publicación deje algo accionable para sus seguidores.
Su contenido económico está diseñado en diferentes niveles: desde «hacks financieros» rápidos hasta talleres y masterclasses más profundos. Así, guía a su audiencia desde lo más básico hasta conceptos financieros más avanzados.

Errores financieros comunes y cómo evitarlos
En un país donde muchas familias enfrentan dificultades económicas, Peche identifica el error en la gestión de dinero más frecuente: la falta de planificación monetaria. «El error más común es vivir con la mentalidad de ‘llego a fin de mes y luego veo’. No planificar hace que las deudas se acumulen y que el ahorro nunca sea una prioridad», advierte.
La solución está en cambiar el orden de prioridades: en lugar de ahorrar lo que sobra, hay que separar primero un monto, aunque sea pequeño, y luego distribuir el resto para gastos. También recalca el uso responsable del crédito, entendiendo que una tarjeta de crédito no es una extensión del sueldo, sino una herramienta de administración que debe manejarse con criterio.

Reprogramar la relación con el dinero
El dinero no solo es números, es también emoción y creencias. «Crecemos con frases como ‘el dinero es difícil de conseguir’ o ‘el dinero te convierte en codicioso’, y esas ideas condicionan nuestras decisiones», señala Peche.
Para cambiar estos patrones, recomienda identificar las creencias que arrastramos desde la infancia y cuestionarlas. Preguntas como «¿Qué frases escuchabas en casa sobre el dinero?» pueden ayudar a detectar patrones heredados. Además, fomentar conversaciones abiertas sobre finanzas personales en la pareja y la familia contribuye a evitar conflictos y a tomar decisiones más conscientes.
«El dinero no debe ser visto como un factor de estrés, sino como una herramienta que nos da tranquilidad y opciones», concluye Peche. A través de sus enseñanzas, sigue impulsando un cambio de mentalidad que no solo mejora la economía familiar, sino que también redefine la manera en que las nuevas generaciones perciben y gestionan sus recursos financieros.
Redacción: Alexandra Jave Calderón